La neurociencia y la guerra cognitiva es una transformación radical en el trabajo de la política de inteligencia

El sitio web turco (Fox Plus) publicó un artículo que su escritor ve que nuestro mundo está presenciando un cambio fundamental en las actividades de inteligencia, ya que la información ya no es un objetivo en sí mismo, sino que se ha convertido en una forma de controlar las mentes a la luz de la escalada de la guerra cognitiva y el uso de herramientas avanzadas respaldadas por la inteligencia artificial.
El autor del artículo, Jihad Islam Yilmaz, cree que estas transformaciones no solo plantean desafíos técnicos, sino que también plantean preguntas éticas profundas relacionadas con la privacidad de la mente humana, la libertad individual y la voluntad de la toma de decisiones, que son valores básicos que definirán los límites del uso de esta tecnología en el futuro.
Él dice que a lo largo de la historia humana, la actividad de inteligencia fue una de las herramientas más estratégicas que garantizan la supervivencia de los países, explicando que esta actividad ha evolucionado en la era moderna para obtener más metodología y depender de nuevas tecnologías, y se ha clasificado como categorías como: inteligencia consultiva, humanidad, foto y fuentes abiertas.
Formando la conciencia humana
Agrega que el papel de la inteligencia está buscando formar la conciencia humana, dirigir sus sentimientos, influir en la toma de decisiones y controlar las mentes para ganar conflictos, lo que hace que la neurociencia sea un nuevo pilar en seguridad estratégica.
El escritor considera que este nuevo conocimiento o guerra cognitiva es más peligrosa que las guerras tradicionales y cibernéticas, ya que ataca a la mente humana a través de herramientas como la propaganda y la información engañosa, respaldada por las técnicas más avanzadas de neurociencia.
Esta guerra se basa, según el escritor, para medir los procesos mentales con técnicas modernas e interferir directamente en el proceso de absorción de información, y agregó que el «espionaje nervioso» plantea una amenaza sin precedentes para la humanidad, ya que el análisis de los datos cerebrales con alta precisión puede conducir a una amenaza para la privacidad del pensamiento y la manipulación de la voluntad si se utiliza de manera inmoral.
https://www.youtube.com/watch?
Neurociencia excede el campo de la medicina
El escritor explicó que el desarrollo de la neurociencia lo convirtió en una herramienta estratégica que va más allá del campo médico, ya que es posible predecir el comportamiento humano y dirigirlo utilizando técnicas específicas.
Dijo que estas técnicas son imágenes de resonancia magnética funcional, la planificación eléctrica del cerebro y la estimulación magnética a través del cráneo, y las fachadas neuropáticas informáticas también permiten la comunicación entre el cerebro y las máquinas, lo que puede revolucionar las técnicas de interrogación e inteligencia.
Continúa que la integración de dichos datos en los medios y la publicidad aumenta su efectividad, ya que permite el análisis de los incentivos emocionales y la expectativa de las reacciones de la sociedad, señalando que estos desarrollos abren las puertas a amenazas sin precedentes, como la penetración de los datos cerebrales, que requieren el desarrollo de protocolos de seguridad neurológica en cuidados con la protección de la privacidad del cerebro a nivel individual y colectivo.
https://www.youtube.com/watch?
Ondas de conciencia grupal
Según el escritor, las masas de las masas se forman a través de «ondas de conciencia colectiva», y la neurociencia puede analizar estas interacciones al monitorear el comportamiento en los medios de comunicación y respuestas biológicas de la presión.
Agregó que los datos que se extraen proporcionan una comprensión más profunda de la psicología de las masas y contribuye a medir la orientación colectiva a través de herramientas como el algoritmo y el agotamiento emocional.
Y combinando inteligencia artificial Con la neurociencia, es posible analizar las emociones humanas instantáneamente a través de las características faciales exactas, el tono de sonido y las reacciones físicas.
El escritor continuó diciendo que estos sistemas se utilizan en los campos de seguridad para descubrir amenazas y comportamiento de predicción, y también proporciona una capacidad analítica precisa que a veces excede la observación humana tradicional, lo que brinda una ventaja decisiva en las operaciones de toma de decisiones de inteligencia.
Cuestiones morales
El escritor muestra que la expansión del uso de técnicas de neurociencia en el campo de inteligencia plantea preguntas morales y legales sobre los límites de la interferencia en los aspectos humanos más privados, es decir, su mente, lo que indica que proteger la «dignidad mental» se ha convertido en una necesidad que requiere transgredir los sistemas de protección legal tradicional basada en la seguridad física.
La capacidad de rastrear ideas incluso antes de expresarlas pone la libertad de expresión bajo una nueva presión y conduce al autocontrol que es perjudicial para la salud mental de la sociedad y el sentido general de libertad
Según el escritor, los datos nerviosos representan una nueva forma de privacidad, ya que refleja las tendencias y decisiones humanas, que es una especificidad que actualmente carece de leyes y mecanismos claros destinados a protegerlos, lo que abre la puerta a los abusos cometidos por los servicios de inteligencia y crea brechas que amenazan las libertades individuales.
Agrega que la capacidad de rastrear ideas incluso antes de expresarlas pone la libertad de expresión bajo una nueva presión, y conduce al auto -control que es perjudicial para la salud mental de la sociedad y el sentido general de libertad.
El escritor espera que el concepto de «soberanía cognitiva» ocupe una posición central en las futuras políticas de seguridad, a la luz del desarrollo de técnicas de neurociencia y la capacidad de controlar el pensamiento humano, que son técnicas que no serán significativas a menos que esté asociado con respetar la dignidad humana, según la expresión del escritor.