Analistas: Washington ataca en la guerra de Yemen sin estrategia y trabajo salvaje es una política poco probable

Los analistas militares y políticos dijeron que los ataques estadounidenses intensivos que se dirigieron a los sitios Grupo hutí En Yemen, la existencia de una estrategia clara no se refleja, y no se espera que se traduzca en una operación terrestre, a pesar de la intensidad del bombardeo y la diversidad de objetivos durante el último mes.
Estas declaraciones se encuentran en el fondo de una escalada militar, que es la más violenta desde el comienzo de las operaciones estadounidenses a mediados de marzo, e incluyó más de 11 gobernaciones yemeníes, desde Sana’a y Saada hasta Hodeidah y Marib, en medio de garantías contradictorias sobre la efectividad de las ataques y sus consecuencias políticas y militares.
El editor de los Asuntos Yemení en Al -Jazeera Channel, Ahmed Al -Shalafi, dijo al programa Events Path que las operaciones estadounidenses se dirigieron a las mayores fortalezas para los hutíes en 4 provincias centrales, a saber, Sana’a, Saada, Al -Hodedah y Dhamar, donde se estacionan los líderes del grupo y los centros de decisiones militares.
Agregó que Washington se centró en plataformas de lanzamiento de misiles, campos de entrenamiento y centros de comando y control, señalando que después de los ataques, el grupo se adhirió a un compromiso específico, lo que puede reflejar el alcance del daño causado, a pesar de la ausencia de información precisa sobre la lesión de los primeros líderes de clase.
Con respecto a la posibilidad de llevar a cabo una operación en el suelo estadounidense, Al -Shalfi excluyó este escenario por completo, explicando que Washington puede estar satisfecho con brindar apoyo a las facciones locales, pero no será arrojado a sus fuerzas en el terreno, a la luz de un rechazo saudí y emiratí de cualquier intervención de tierras directas, y la continua negociación con iran sobre varias archivos regionales.
Aventura arriesgada
Por su parte, el experto militar, el mayor general retirado Fayez al -Duwairi, confirmó que la entrada de las fuerzas estadounidenses Yemen será una aventura fridulizada al riesgo, porque la naturaleza geográfica resistente y similar a Afganistán fallará cualquier intervención de la tierra, lo que indica que el bloqueo de la población principal se encuentra en las regiones de Houthi, que hace que cualquier invasión de una aventura no coincida.
Al -Duwairi agregó que Washington puede recurrir solo a operaciones cualitativas limitadas, a través de unidades de comando o aterrizaje aéreo, dirigido a secuestrar o liquidar a los líderes hutíes, pero enfatizó que la historia militar estadounidense demuestra su fracaso en las guerras que no tienen objetivos políticos claros, comenzando con Vietnam y terminando con Iraq y Afgganistán.
El investigador del Centro de Estudios Al -Jazeera, el Dr. Mekki, preguntó sobre el objetivo político de las huelgas estadounidenses, teniendo en cuenta que las operaciones continuas carecen de una percepción estratégica integrada y solo sirven el recorte de las uñas hutíes sin la intención de soltar su regla o debilitarlas permanentemente.
Makki dijo que la comparación con la Segunda Guerra del Golfo aclara la gran diferencia, ya que Washington tomó 40 días de ataques aéreos antes del comienzo del ataque terrestre en Irak, mientras que hasta ahora no pudo paralizar las capacidades de los hutíes a pesar del paso de un mes de lombriz intensa.
Señaló que el costo de las huelgas, que consumió cientos de misiles avanzados, planteó preguntas dentro del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, especialmente después de los informes del drenaje de municiones preparados para disuadir a China, sin resultados de campo concreto en Yemen.
Rompiendo Irán
Makki agregó que las declaraciones de los funcionarios estadounidenses sobre la posibilidad de usar huelgas como un modelo de intimidación para Irán reflejan un vínculo indirecto entre los dos archivos, pero enfatizó que Teherán, a pesar de su condena de los ataques sobre Yemen, no tomó ningún paso de campo en apoyo de los hutíes, a la luz de su preocupación con las negociaciones nucleares.
El mayor general Al -Duwairi creía que lo que se publicó sobre el suministro de una empresa china vinculada al ejército hutí chino con imágenes satelitales precisas para atacar a los barcos estadounidenses, mantiene la escena militar y hace que el control del Mar Rojo sea más difícil, especialmente a la luz de los hutíes extendidos en una tira costera que supera los 1000 km.
Explicó que los misiles Houthi no se lanzan desde los puertos, sino desde un contrato geográfico dentro de las tierras altas montañosas, lo que hace que controlar los sitios de lanzamiento sea casi imposible a través de un aterrizaje marítimo, y en este contexto, se preparó un ataque en este contexto en el que los israelíes destruyeron las instalaciones petroleras en Hodeidah sin afectar los sitios de lanzamiento de misiles.
Al -Duwairi consideró que la guerra estadounidense en Yemen representa un modelo descarado de «en vano», porque la ausencia del objetivo político significa repetir el fracaso de los Estados Unidos en sus guerras anteriores.
Presión
Mientras que Makki ve que una administración Donald Trump La corriente, a pesar de su poder ardiente, carece de consistencia en la toma de decisiones, y que los ataques en Yemen son parte de un contexto de negociación más amplio con Irán, y pueden usarse como una tarjeta de presión en las negociaciones nucleares, sin estar con objetivos decisivos en el terreno.
Agregó que los hutíes, a pesar de su clasificación como enemigos estratégicos, aún no se han enfrentado a un movimiento real para derribarlos o reemplazarlos con el gobierno internacionalmente reconocido, enfatizando que la ausencia de coordinación entre Washington y el ejército yemení sopla la idea del cambio radical y hace que las huelgas sean solo respuestas tácticas temporales.
Makki descartó que un éxito estadounidense en el terreno se lograría sin mover los poderes locales anti -southi, como los clanes o las fuerzas afiliadas a Tariq Saleh, considerando que esta ausencia refleja un deseo estadounidense de mantener a los hutíes en el poder pero de una manera más débil, para garantizar su influencia continua sin entrar en costosas aventuras militares.
Las intervenciones de los invitados acordaron por unanimidad que las huelgas estadounidenses no cambiarán la ecuación en Yemen, siempre que no estuviera acompañada de una visión política coherente que incluye a los aliados regionales de Washington, y abre un horizonte para una solución política, no solo una castigo táctico para una ecuación compleja que drena a Washington sin éxito.
Makki cree que la escalada yemení no debe separarse de la guerra en curso en la Franja de Gaza, señalando que la calma en Yemen coincidía con una tregua en Gaza, y que la reanudación de la guerra allí fue acompañada por los ataques Houthi renovados, que refleja la interconexión de los dos frentes.