Estudio: La propagación de las aves y el tamaño de sus cerebros no los protege del entorno y el clima del cambio climático

Los científicos ambientales generalmente se tranquilizan con una regla simple: especies que se propagan en vastas áreas de tierra y disfrutan de grandes cantidades que tienen menos probabilidades de estar extintas en comparación con los organismos que viven en entornos pequeños y limitados. Pero esta regla puede no ser correcta en la sombra Clima.
Un nuevo análisis que incluyó alrededor de 1500 especies de aves ha revelado que esta regla puede no aplicarse a los efectos del cambio climático, según el sitio web.IThr«.
Y se mostró el estudioLa Universidad de Texas, publicada en la revista «Nature Communication» el 17 de abril, dijo que la propagación de especies en grandes áreas geográficas puede ocultar su dependencia de ciertos patrones climáticos, lo que los hace vulnerables si cambian.
Maldición de proliferación geográfica
Por su parte, el autor principal del estudio, Carlos Potiro, explicó que las especies que se propagan en áreas geográficas amplias a menudo son grandes, pero el problema es que muchos de estos tipos se adaptan a un «alcance climático muy estrecho». Esto lo hace más vulnerable al colapso cuando los patrones climáticos comienzan a cambiar.
El estudio declaró que las especies que generalmente se cree que son seguras debido a su amplio alcance geográfico pueden ser muy sensibles a los cambios menores en las temperaturas o la lluvia, lo que las hace vulnerables al cambio climático afectado.
Uno de los ejemplos más destacados de esto es. A pesar de su propagación de los países escandinavos a Alaska, su entorno unificado lo hace depender en gran medida de temperaturas frías y una cubierta de nieve fija. Cualquier ligero cambio en las temperaturas o la lluvia puede impulsar este tipo de migración, amenazando su continuación.
Por otro lado, el estudio proporciona otro ejemplo del pájaro riendo con una corona de castañas, cuya presencia se limita a una estrecha franja de bosques de montaña en Nepal y Batuan. A pesar de su pequeño alcance, el entorno de montaña en el que vive proporciona una diversidad de temperaturas y patrones de lluvia, lo que le permite una mejor adaptación al cambio climático.
Tamaño del cerebro
El estudio también reveló una relación inesperada entre el tamaño del cerebro del pájaro y su flexibilidad frente al cambio climático. Aunque las aves con cerebros más grandes generalmente tienen una mayor capacidad para adaptarse a los cambios, el estudio mostró que estas aves pueden estar más relacionadas con sistemas climáticos específicos, lo que las hace vulnerables al cambio climático inesperado.
El estudio indicó que los efectos del cambio climático en las aves pueden ser invisibles a veces, especialmente en especies que tienen un amplio alcance geográfico o un gran cerebro.
Algunas aves que viven en áreas como el Ártico pueden enfrentar grandes amenazas como resultado del cambio climático inesperado. Mientras tanto, las aves que viven en bosques tropicales, que tienen grandes cerebros y requieren altos niveles de humedad, pueden enfrentar riesgos similares a la luz de las altas temperaturas continuas y la sequedad de las áreas tropicales.
El estudio enfatizó la necesidad de volver a evaluar las prioridades de preservar el medio ambiente. Si bien muchos programas ambientales se centran en especies de rango raras o limitadas, especies que parecen ser seguras debido a su tamaño o capacidad para adaptarse a una atención similar, especialmente a la luz de los desafíos crecientes del cambio climático.