Hambre y cambio climático. Los residentes de Uganda cazan un peregrino migrante para mantener el medio ambiente y el clima

En condiciones climáticas duras y volátiles, los residentes de una aldea fronteriza entre Uganda y Kenia recurren a las aves migratorias de caza, especialmente los corazones blancos, como una fuente alternativa de alimentos, después de que las estaciones de las sequías y la lluvia irregular estropearon sus cultivos agrícolas.
En el pueblo de «Ayurre», Sam Chicoy, de 42 años, relata su sufrimiento al asegurar el sustento de su gran familia, diciendo: «Estaba plantando, pero el sol estaba quemando mis cursos, y solo encontré pájaros para alimentar a mis hijos y a mí».
La población local ha desarrollado una forma de cazar a estas aves, cazar un ratón y matarlas, luego inyectarla una mezcla de alcohol y maravillosos ratones, y dejarlo a la intemperie como un sabor que atrae a las aves, que colapsan después de comer, ser atrapadas, matadas y cocinadas más tarde.
Un grupo de aves migratorias mientras cruzan un campo en el pueblo
Chicoy, la agencia de prensa francesa, dice que había comido más de 300 aves desde 2016, aunque este comportamiento es legalmente punible. Pero agrega con dolor: «Si hubiera otra opción, no lo habría hecho».
Por su parte, el activista y agricultor ambiental Joel Sheroub advierte sobre el tamaño del fenómeno, señalando que la población local ha devorado a más de 3 mil aves para preocuparse desde el comienzo de la temporada de inmigración de este año.
Las sociedades de relieve sufren
Explica que algunas de estas aves son inmigrantes de países distantes como Polonia, Hungría y Checia, y la población les considera la única fuente disponible para la proteína, ya que un ave también se puede vender con un equivalente de aproximadamente medio dólar.
Sherub admite que cortar árboles para producir carbón contribuyó al deterioro del entorno local, expresa su simpatía por las personas que sufren de pobreza extrema y deterioro agrícola continua.
«Sus cultivos han fallado repetidamente durante la última década. Aunque las razones radicales se deben a las emisiones de los principales países industrializados como América, Rusia y China, las sociedades frágiles aquí pagan el precio», dice.
Los ugandeses distorsionan a un pájaro para que la ansiedad blanca lo coma después de cazarlo durante su temporada de migración (francesa)
En una iniciativa individual, Sherub comenzó a cultivar miles de árboles frutales para restaurar la vida a las tierras deterioradas, y emplea a la juventud de la aldea dentro de sus capacidades limitadas. Concluye diciendo: «Estos no son pescadores deliberados, sino jóvenes hambrientos que buscan una forma de sobrevivir, y encontraron su refugio en las aves migratorias».
Esta tragedia confirma la profunda interdependencia entre la crisis climática y la falta de seguridad alimentaria, lo que indica la necesidad de una acción urgente para abordar las raíces del problema a nivel mundial y para apoyar a las sociedades más frágiles para contrarrestar los efectos del cambio climático localmente.